El Castillo
Como se desprende de la Crónica de Jaume I, el castillo de Vallada, situado en lo alto de la montaña, debió tener una cierta importancia en época musulmana; un carácter estratégico que mantendría en las siguientes décadas.
Volvemos a tener constancia documental del castillo de Vallada en 1318, año en el que Ferrer de Bellera era alcaide de la fortaleza. Así y todo, la nueva organización cristiana del territorio, el refuerzo de las defensas de Vallada en el año 1318 con la construcción de un torre junto al casco urbano, y la llegada a la zona de la recién constituida Orden de Santa María de Montesa, provocarían que el papel del antiguo castillo de Vallada fuera cada vez menor.
Unos años después, en mayo de 1339, el rey Pere el Cerimoniós ordenaba que fueran supervisadas las fortalezas abandonadas situadas más allá del río Xúquer, entre las que se encontraba el castillo de Vallada, y ello con la finalidad de inutilizar los aljibes y todos aquellos elementos que pudieran ser útiles a un posible enemigo que se hiciera fuerte en estas antiguas fortalezas, bien fuera a causa de una revuelta de los musulmanes valencianos, o por una invasión de sarracenos foráneos.
Es de suponer que el castillo de Vallada fue demolido a raíz de aquella orden, pero queda la duda de si este viejo castro pudo ser utilizado pocos años después en la guerra contra Castilla. Lo que está claro es que a mediados del siglo XVI, el castillo de Vallada estaba arruinado, como así lo manifestaba el propio maestre de la Orden de Montesa, Pere Lluís Galcerán de Borja.